Desde chiquita más que años, me he dedicado a cumplir sueños.
Para mí, el cumple nunca dejará de ser una fecha para festejar,
aunque conforme pasan los cumpleaños, la celebración tome diferentes
tonalidades.

Cumplir años es siempre motivo para dar gracias por los regalos que la vida
le hace a uno: un buen amor, una casa llena de buena energía, unos padres
amorosos y pacientes. Una familia que, aunque esté igual de loca que todas
las familias del mundo, es la mía y con ella me quedo sobre todas.

Hoy tengo mucho qué agradecer y porque entendí que los regalos que no se
compran son los más valiosos, porque me quedo con el amor de los que me
rodean y con sus hermosos deseos de que permanezca en mí esa luz que me
llena de vida todos los días y me da tanta y tanta felicidad.

¡Brindemos por todas las cosas lindas y que valen la pena!